Para guiar sus decisiones de política monetaria y mantener la estabilidad de precios, el Banco Central Europeo (BCE) basa sus decisiones en una estrategia, que determina la orientación de su política monetaria.
La actual estrategia de política monetaria se anunció en julio de 2021 y fue fruto de una profunda revisión de la anterior estrategia, presentada en 2003, como consecuencia de los diversos cambios económicos estructurales sucedidos desde entonces. Entre estos cambios destaca la caída de los tipos de interés reales de equilibrio, la globalización, la digitalización, los cambios del sistema financiero y el cambio climático
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En esta estrategia, el Consejo de Gobierno ha establecido un objetivo de inflación del 2 % a medio plazo. Este objetivo del 2 % es simétrico, lo que quiere decir que las desviaciones tanto por encima como por debajo de ese objetivo son igual de indeseables. Por ello, el Consejo de Gobierno del BCE responderá ante desviaciones en ambas direcciones, haciendo uso del conjunto de instrumentos de política monetaria.
El índice de precios utilizado por el BCE para medir la inflación es el Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA), si bien el Consejo de Gobierno ha reconocido que incluir los costes relacionados con la vivienda en régimen de propiedad dentro del IPCA representaría mejor la tasa de inflación relevante para los hogares. Por ello, se ha establecido una hoja de ruta para poder incorporar estos costes en el índice.
La estrategia de política monetaria del BCE será revisada periódicamente para adaptarse a los futuros cambios que la economía pueda presentar. La evaluación de la estrategia actual está prevista para 2025.