A todos los ciudadanos nos preocupa el precio de lo que compramos, sobre todo si los precios cambian mucho en poco tiempo o lo hacen de una manera impredecible. La estabilidad de precios significa que nuestro dinero mantiene su valor en el tiempo; es decir, que nos garantiza que mañana podamos comprar aproximadamente la misma cantidad de bienes y servicios que hoy con la misma cantidad de dinero. Con ello se obtienen varios beneficios:
- Se mejoran los criterios de decisión de inversión o gasto de empresas y de consumidores, lo que posibilita una asignación más eficiente de los recursos y un incremento del potencial productivo de la economía.
- Se reduce la prima de los tipos de interés que exigen los inversores como compensación por los riesgos que conlleva mantener activos nominales a largo plazo, con el fin de proteger su capital de una inflación imprevista. De este modo, aumentan los incentivos a la inversión.
- En un entorno de alta inflación, las familias y empresas tienden a acumular bienes reales (que conservan su valor en caso de inflación). En un entorno de estabilidad de precios, se limita la probabilidad de que las familias y empresas desvíen sus recursos a este tipo de inversiones, que resultan ineficientes y obstaculizan el crecimiento económico.
- Se eliminan los costes reales de que la inflación agudice el efecto distorsionador de los sistemas impositivos y de seguridad social.
- Se mitiga el efecto de la inflación (que actúa como un impuesto) sobre la tenencia de efectivo, lo cual reduce su demanda.
- Ayuda a preservar la cohesión social y la estabilidad.
El Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) otorga al Eurosistema el mandato principal de mantener la estabilidad de precios. Por ello, el Banco Central Europeo (BCE) vigila que los precios de los bienes de consumo y servicios no suban ni bajen de forma significativa durante un largo periodo de tiempo, garantizando la estabilidad de precios que nos permita planificar nuestras decisiones de compra e inversión y promover así el crecimiento de la economía en el área del euro.
Concretamente, el Consejo de Gobierno del BCE considera que la mejor forma de mantener la estabilidad de precios en la eurozona es teniendo un objetivo de inflación del 2 % a medio plazo (véase “¿qué es la estrategia de política monetaria del BCE?”).