La lucha contra el cambio climático y la transformación de la economía en una neutra en carbono requiere de la movilización de un elevado volumen recursos que financie las inversiones necesarias. El sistema financiero desempeñará un papel muy relevante como canalizador de recursos. En los últimos años se han puesto en marcha numerosas iniciativas instituciones públicas y privadas, con el fin de movilizar financiación para conseguir una transición que permita hacer frente al cambio climático. A nivel europeo, destacan los trabajos de la Comisión Europea para desarrollar una estrategia de la Unión Europea en finanzas sostenibles. Un ejemplo, es la creación de una taxonomía medioambiental.
Aunque, por su naturaleza, el papel central en este ámbito corresponde a los Gobiernos, los bancos centrales pueden desempeñar un importante papel como catalizadores y liderar con el ejemplo para contribuir a alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. En particular, entre las áreas en las cuales los bancos centrales están trabajando se encuentra la incorporación del cambio climático en la implementación de la política monetaria y la incorporación de criterios de inversión sostenible y responsable en la gestión de las carteras de activos que gestionan por cuenta propia.
