¿Por qué tener un objetivo de inflación del 2 % en lugar del 0 %?

Una tasa de crecimiento de los precios del 2 % es lo suficientemente baja como para aprovechar los beneficios de la estabilidad de precios y, a la vez, proporciona margen para reducir el riesgo de deflación.

Además, como la inflación de la eurozona se mide como una media ponderada de la inflación de todos los países miembros, el objetivo del 2 % permite abordar las implicaciones de las diferencias entre los países, mientras que, si el objetivo fuese del 0 %, algunos países tendrían que sufrir tasas de inflación negativas, es decir, deflación.

El objetivo del 2 % también permite salvar problemas de medición, ya que el cálculo del Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA) podría sobreestimar el crecimiento de los precios por un sesgo pequeño positivo en la medición de las variaciones del nivel de precios, entre otros motivos por la dificultad de tener en cuenta las mejoras en la calidad de los productos.

Finalmente, el objetivo del 2 % proporciona cierto espacio a los tipos de interés nominales respecto al límite inferior efectivo de los tipos de interés. Dado que, en el largo plazo, los tipos de interés nominales son iguales a los tipos reales de equilibrio más las expectativas de inflación, cuanto mayor sea el objetivo de inflación, si es creíble, mayores serán las expectativas de inflación, lo que se traducirá en unos tipos nominales más altos y por tanto más espacio para poder reducirlos en caso necesario antes de chocar con su límite inferior efectivo.