¿Cómo se relaciona la curva de Phillips con la política monetaria?

La curva de Phillips es la relación entre dos variables macroeconómicas muy importantes para la política monetaria: la inflación y la brecha de producción (output gap), definida esta última como la diferencia entre el nivel observado de producción y su nivel potencial (nivel estimado de producción cuando todos los recursos están empleados a su máxima capacidad). La utilidad de esta relación es que, en general, aumentos de la actividad económica por encima de su nivel potencial tienden a generar presiones inflacionistas, como se explica a continuación.

En situaciones de alta demanda agregada, las empresas venderán más, por lo que tendrán que aumentar su producción y, para ello, contratarán a más trabajadores (reducción del desempleo) y comprarán más bienes intermedios o suministros. Cuando la demanda es alta en relación con la capacidad productiva de la economía, ello tenderá a aumentar el coste de producción de las empresas, las cuales trasladarán parte de ese mayor coste al precio de sus productos, generando inflación. De esta forma, emerge la relación que conocemos como curva de Phillips. De hecho, originalmente Phillips formuló la curva en términos de la relación entre la tasa de desempleo (como medida de actividad económica) y la inflación salarial.

Mediante la política monetaria, el banco central puede modificar las decisiones de inversión, consumo y ahorro de consumidores y empresas a través de cambios en sus tipos de interés oficiales y del uso de otros instrumentos de política monetaria. Estas decisiones son las que determinarán los niveles de actividad económica, empleo e inflación.

En los últimos años se ha observado un aplanamiento de la curva de Phillips, lo que indicaría que el output gap o el desempleo tienen un menor impacto sobre la inflación que en periodos anteriores.