¿Qué son los requerimientos de reservas mínimas?

Las entidades de crédito de la zona del euro deben mantener obligatoriamente un determinado nivel de fondos, denominados reservas mínimas, en cuentas con sus bancos centrales nacionales. Los requerimientos de reservas mínimas de cada entidad se establecen para períodos de seis semanas denominados períodos de mantenimiento. El nivel de reservas se calcula en función del balance de la entidad antes del inicio del período de mantenimiento, aplicando un porcentaje (conocido como coeficiente de caja o coeficiente de reservas) sobre determinadas partidas del balance (denominadas base de reservas).

Las entidades de crédito deben asegurarse de cumplir los requerimientos de reservas mínimas en promedio durante el período de mantenimiento, por lo que no es necesario que mantengan diariamente su importe total en cuentas con el banco central. Este sistema funciona como una válvula, que permite a las entidades responder a los cambios a corto plazo en los mercados monetarios, donde se prestan entre sí, depositando o retirando fondos de sus reservas en el banco central. Esto contribuye a estabilizar el tipo de interés al que las entidades se prestan a corto plazo.

Al final del período de mantenimiento, el banco central remunera a las entidades intereses por las reservas mantenidas, aplicando un tipo de interés a las reservas mínimas equivalente al de las operaciones principales de financiación vigente durante el periodo de mantenimiento. Además, desde el 30 de octubre de 2019 se aplica un sistema de dos tramos (two-tier system o TTS en inglés) de remuneración al exceso de reservas (reservas mantenidas por las entidades por encima del nivel exigido por el coeficiente de reservas mínimas).

Las reservas mínimas son una herramienta estándar de política monetaria de los bancos centrales de la zona euro. Sin embargo, algunos bancos centrales no utilizan esta herramienta, por ejemplo, los de Australia, Canadá y Suecia.