¿Qué es la curva de tipos de interés?

La curva de tipos de interés es la representación gráfica de la relación entre el rendimiento (es decir, los tipos de interés) de los bonos soberanos de un país y su plazo de vencimiento.

La curva de tipos refleja, entre otros factores, las expectativas que los agentes económicos tienen sobre la evolución futura de los tipos de interés. También incorpora las primas de compensación por el riesgo asociado a los movimientos futuros de estos tipos y a la posibilidad de un impago soberano.

La curva de tipos es especialmente relevante a la hora de determinar las condiciones de financiación de los agentes económicos de un país. Además de determinar directamente el coste al que se financia el Estado en el mercado de capitales, la curva de tipos tiene un efecto importante sobre ese mismo coste para otros emisores de bonos, como las entidades financieras y las grandes empresas. También es relevante para el coste de financiación de los hogares y de aquellas empresas sin acceso al mercado de bonos (la gran mayoría en nuestro país), ya que la curva de tipos suele actuar como referencia en préstamos a tipo fijo (véase qué son los tipos de interés de referencia).

Por último, la curva de tipos nos da información sobre las expectativas de los inversores en un momento dado acerca de la senda futura de los tipos de interés de corto plazo. Así, los tipos de interés a un determinado horizonte (por ejemplo, dos años) dependen en gran medida del valor medio esperado del tipo de interés de corto plazo durante dicho horizonte, lo que se conoce como “componente de expectativas”. Sin embargo, la curva de tipos no depende únicamente del componente de expectativas, sino que también incorpora “primas de plazo” que compensan a los inversores por el riesgo asociado a variaciones en el valor de los bonos hasta su vencimiento. De hecho, normalmente la curva de tipos tendrá pendiente positiva, reflejando que los rendimientos de los bonos tienden a aumentar con el plazo; se compensa así el hecho de que, al tener una vida más larga, los bonos con plazos más largos conllevan un mayor riesgo de variaciones en valor a lo largo del tiempo, y ese mayor riesgo futuro suele ser recompensado con un mayor rendimiento. En cambio, una curva invertida (mayores rendimientos a corto que a largo plazo) puede indicar expectativas de una menor actividad económica en el futuro, acompañada de una menor inflación; el motivo es que, en caso de materializarse ese escenario, los inversores entienden que el banco central reaccionaría reduciendo los tipos de interés de corto plazo, lo cual reduce ya en el presente los tipos de interés a largo a través del componente de expectativas.