¿Cómo se crea el dinero?

El dinero en efectivo, formado por billetes y monedas en circulación, junto con las reservas bancarias (es decir, los depósitos de los bancos comerciales en el banco central), forman la base monetaria. La base monetaria solo puede ser ampliada por el banco central - en el caso de la eurozona, por el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos centrales nacionales – bien mediante la impresión de billetes y monedas, bien mediante la creación de reservas bancarias, que son una forma electrónica de dinero.

El balance de un banco central está dividido en activo y pasivo (véase Balance Anual Consolidado del BCEAbre en nueva ventana – en inglés). Al crear dinero, el Eurosistema aumenta el pasivo de su balance y, como contrapartida, aumentará también su activo. El aumento del balance del Eurosistema puede producirse en respuesta a una mayor demanda de liquidez por parte de los bancos comerciales, o bien al deseo explícito del BCE de aumentar su balance en cuantías predeterminadas. En este último caso, el BCE puede realizar compras de activos financieros, como bonos públicos o privados. También puede proporcionar financiación a los bancos en cuantías predeterminadas. Estos activos financieros que el BCE obtiene pasarán a ser parte de su balance en el activo.

Realmente el BCE no imprime nuevos billetes para adquirir estos activos, sino que crea dinero electrónicamente en forma de reservas bancarias. Por ejemplo, en las operaciones de financiación con los bancos comerciales, el banco central abona el importe otorgado a los bancos participantes directamente en sus cuentas corrientes en el banco central. Por su parte, en el caso de la compra de activos financieros, se produce también un aumento en las reservas, bien porque el vendedor es un banco comercial, bien porque el vendedor es otro agente con cuenta corriente en un banco comercial, en cuyo caso el banco central le abona al banco comercial el importe de la venta para que éste pueda a su vez pagar al vendedor.

No obstante, la base monetaria supone tan solo una pequeña parte del total del dinero en circulación y la mayor parte del dinero que usamos es creada por los bancos comerciales cuando prestan dinero. Cuando un banco comercial otorga nuevos préstamos a sus clientes, y les acredita el importe correspondiente en sus cuentas corrientes, está creando dinero bancario. Ese dinero será utilizado para comprar bienes o realizar inversiones y finalmente acabará depositado en otras cuentas bancarias. De manera inversa, cuando los clientes pagan sus deudas, se destruye ese dinero bancario.

Para evitar que el proceso se repita sin límites y el dinero en circulación sea mayor de lo deseado (lo que repercutiría negativamente en la estabilidad de precios, generando inflación), el proceso de creación de dinero está controlado y regulado por los bancos centrales y otros organismos supervisores. Los bancos centrales establecen unos requisitos de reservas mínimas obligatorias que los bancos comerciales deben mantener en efectivo en el banco central. Las reservas mínimas obligan a mantener una ratio mínima de liquidez (como porcentaje de los depósitos de los clientes del banco) en el banco central, por lo que limitan la cantidad de dinero que los bancos comerciales pueden prestar y por tanto crear. Además, existen diversas regulaciones sobre el capital y la solvencia de los bancos que también limitan la creación de dinero bancario.