Esta página facilita el acceso a Artículos Analíticos agrupados por su contenido temático, publicados en el Boletín Económico, ordenados por fecha de difusión dentro de cada año, a partir de 1999.
Todos los ficheros se ofrecen en formato PDF
En este artículo se presentan los resultados principales de la Encuesta Financiera de las Familias 2017, que muestran la situación financiera de los hogares españoles a finales de ese año. Asimismo, se describen los cambios más relevantes ocurridos sobre las rentas, los activos, las deudas y los gastos de los hogares españoles con respecto a la última edición de la encuesta, correspondiente a 2014.
De acuerdo con la muestra anual de la Central de Balances, la actividad de las sociedades no financieras mantuvo una tendencia expansiva en 2018, aunque a un ritmo menor que el año anterior. Para los nueve primeros meses de 2019, la Central de Balances Trimestral evidencia una prolongación e intensificación de esta desaceleración, lo que se tradujo en aumentos de los excedentes ordinarios y del empleo inferiores a los del ejercicio previo. En este contexto, los niveles de rentabilidad ordinaria, que habían aumentado ligeramente en 2018, se mantuvieron relativamente estables en los tres primeros trimestres del año en curso. Por otro lado, los ingresos y gastos atípicos influyeron positivamente en el resultado final de 2018, pero ejercieron el efecto contrario en los nueve primeros meses de 2019. También se observa un cambio de tendencia en cuanto a la posición patrimonial de las sociedades, en tanto que las ratios medias de endeudamiento continuaron descendiendo en 2018, pero repuntaron al alza hasta septiembre de este año. Por último, la ratio de carga financiera disminuyó en ambos períodos, favorecida principalmente por el descenso continuado de los costes financieros, si bien cada vez de forma más moderada. El artículo incluye dos recuadros, el primero de los cuales analiza la evolución económica y financiera de las pymes con datos hasta 2018. El segundo recuadro estudia el grado de vulnerabilidad financiera del sector empresarial español y su sensibilidad ante un hipotético deterioro del escenario macrofinanciero.
Los resultados de la Encuesta sobre Préstamos Bancarios para el tercer trimestre de 2019 evidencian, en general, una estabilidad de la oferta de crédito en España, que únicamente mostró un ligero endurecimiento en los criterios de aprobación de préstamos en el segmento de hogares para consumo, y una leve relajación en las condiciones de los nuevos préstamos para la adquisición de vivienda. En cambio, en la Unión Económica y Monetaria (UEM) predominó la relajación de los criterios de aprobación de los préstamos, al tiempo que se endurecieron las condiciones generales de estos. Por su parte, la demanda de crédito se habría reducido en España en todas las modalidades, mientras que en la eurozona habría aumentado en los dos segmentos de hogares. Las condiciones de acceso a los mercados financieros mayoristas y minoristas se habrían mantenido estables o habrían mejorado durante el trimestre en casi todos los casos en ambas zonas. El programa ampliado de compra de activos del Banco Central Europeo (BCE) habría seguido teniendo un efecto positivo sobre la liquidez y las condiciones de financiación de los bancos durante los últimos seis meses, si bien habría tenido un impacto negativo sobre la rentabilidad de las entidades de la eurozona. Asimismo, este programa habría seguido favoreciendo, en casi todos los segmentos, una relajación de las condiciones de los préstamos y un incremento del volumen de crédito concedido. Por último, el tipo de interés negativo de la facilidad de depósito del BCE habría contribuido, durante los últimos seis meses, a la reducción de los ingresos netos por intereses de las entidades españolas y de la eurozona, y a una disminución de los tipos de interés aplicados en sus nuevas operaciones de crédito. En el caso de la UEM, los tipos de interés negativos también habrían favorecido un descenso de los márgenes y un incremento de los volúmenes de crédito.
En la última década, el volumen de préstamos corporativos apalancados (leveraged loans) ha crecido hasta alcanzar niveles máximos desde el final de la crisis. En el caso de España, este crecimiento ha sido más contenido, con un volumen del 5% del total para Europa durante el período 2016-2018.
Las condiciones contractuales de los préstamos apalancados son ahora menos restrictivas y gran parte de estos se distribuye entre inversores institucionales de todo el mundo en forma de obligaciones garantizadas (o CLO, por sus siglas en inglés). Este modelo de originar para distribuir plantea potenciales riesgos para el sistema financiero. En caso de un deterioro del ciclo económico, las pérdidas en este mercado podrían ser significativas, en especial por la relajación en las protecciones al inversor. Además, debido a su relevancia como fuente de financiación corporativa, un aumento en los incumplimientos tendría efectos negativos en la economía real.
De acuerdo con la muestra trimestral de la Central de Balances (CBT), la actividad de las sociedades no financieras se desaceleró en el primer semestre de 2019, registrando el VAB un aumento muy moderado (0,4 %), por debajo del reflejado en el mismo período del año pasado. El empleo siguió creciendo (0,6 %), pero también lo hizo a menor ritmo que en 2018. En este contexto, la ratio de rentabilidad del activo descendió ligeramente, mientras que las de endeudamiento experimentaron un leve repunte, revirtiendo la tendencia descendente que habían seguido en los últimos años. No obstante, la caída en los costes medios de financiación, unida al ligero avance de los excedentes, provocó una nueva reducción en la ratio de carga financiera, que ha alcanzado valores mínimos dentro de la serie histórica de la CBT. El artículo incluye un recuadro que señala que el nivel del empleo medio en las empresas españolas se situaba en 2017 por debajo del de antes de la crisis. No obstante, a pesar de este comportamiento agregado, una proporción significativa de empresas habría sido capaz de incrementar su número medio de trabajadores durante el período objeto de estudio.
La proporción de población que reside en viviendas de alquiler en España es reducida en relación con la de las principales economías de la Unión Europea. No obstante, en los últimos años se aprecia una tendencia creciente del peso relativo del alquiler en el mercado residencial español, cuya mayor relevancia y dinamismo se concentran en determinados colectivos (fundamentalmente, hogares jóvenes, inmigrantes y trabajadores temporales) y en áreas geográficas específicas (sobre todo, en Madrid, Cataluña, Baleares y Canarias). La dificultad de los colectivos con menor renta para incrementar sus ingresos por la aún elevada incidencia del desempleo, la escasa duración de los nuevos contratos laborales o la mayor relevancia de la jornada reducida habrían aumentado la demanda de alquiler residencial, especialmente entre los hogares jóvenes. La reducción del promedio de las ratios préstamo-precio de las nuevas hipotecas, la concentración de la actividad económica en zonas geográficas con una oferta rígida de vivienda residencial o la fiscalidad asociada a la vivienda serían otros factores que habrían contribuido a un notable incremento de la demanda en el mercado del alquiler residencial en España. El aumento de la demanda concentrada en determinados mercados, frente a una oferta de alquiler residencial relativamente rígida en el corto plazo, explicaría el dinamismo de los precios de oferta del alquiler en esas localizaciones. Esta fortaleza de la demanda en determinados mercados habría sido contrarrestada solo parcialmente por el incremento de la oferta privada tras la entrada de nuevos agentes profesionalizados en el mercado del alquiler, que habría sido incentivada por el aumento de la rentabilidad bruta del alquiler residencial en el período 2014-2017. El menor dinamismo de la oferta se produce en un contexto de debilidad de la oferta pública de alquiler, y en el que aparecen fines alternativos para la vivienda residencial, como el alquiler vacacional. Un análisis más completo del mercado del alquiler residencial en España exigiría disponer de mayor información sociodemográfica y económica, incluido el precio del alquiler, a nivel municipal o con la mayor desagregación geográfica posible.
Este trabajo inicia una serie de artículos analíticos que, con periodicidad semestral, estudiarán la evolución reciente de la financiación captada por el sector privado no financiero español y la exposición crediticia de las entidades de depósito residentes frente a dicho sector. Así, en los primeros meses de 2019, las condiciones de acceso a la financiación bancaria para los hogares y las empresas españolas continuaron siendo muy holgadas; sin embargo, después de varios años en los que estas han venido relajándose, empiezan a apreciarse síntomas de agotamiento en esta tendencia. A pesar de ello, el saldo vivo de crédito frente a este sector de las entidades de depósito mantuvo su tendencia descendente en el primer trimestre de 2019, al reducirse un 2,1 % en tasa interanual. Esto no fue óbice para que la tasa de dudosos continuara reduciéndose.
Los resultados de la Encuesta sobre Préstamos Bancarios evidencian, en general, una evolución algo menos expansiva de la oferta de crédito, tanto en España como en la Unión Económica y Monetaria (UEM), durante el segundo trimestre de 2019. Así, los criterios de aprobación de préstamos se endurecieron en España en los dos segmentos de hogares, mientras que en la UEM el endurecimiento afectó a la financiación de empresas y a la de hogares para consumo y otros fines. En cambio, las condiciones de los nuevos préstamos se relajaron algo en el segmento de consumo en nuestro país y en la UEM, mientras que en el de financiación a empresas se suavizaron en España y se endurecieron en la eurozona. Según las entidades nacionales, se habrían reducido la demanda de crédito procedente de las empresas y la de los hogares destinada a consumo y otros fines, en tanto que en la UEM las solicitudes de fondos habrían aumentado de forma generalizada. Por otra parte, las condiciones de acceso a los mercados financieros mayoristas y minoristas se habrían mantenido estables o habrían mejorado en ambas zonas. Según las entidades encuestadas, las medidas regulatorias y supervisoras de capital, apalancamiento o liquidez habrían propiciado un cierto endurecimiento de la oferta de crédito en el primer semestre de 2019, tanto en España como en la eurozona. Por último, la ratio de morosidad también habría contribuido, entre enero y junio de este año, a un ligero endurecimiento de la oferta en ambas zonas.
A partir de las cuentas de los sectores institucionales, este artículo describe el comportamiento de la renta, el ahorro, la financiación y la posición patrimonial de los hogares en la zona del euro en 2018. La mejora del mercado de trabajo y el comportamiento más dinámico de los salarios continuaron impulsando la renta de las familias, que, junto con la revalorización de los activos —en particular, la vivienda— y en un entorno de tipos de interés muy bajos, sostuvo el nivel de gasto. La tasa de ahorro experimentó un suave repunte en el conjunto del área, si bien hay amplias divergencias entre países. La demanda de financiación de los hogares ha continuado creciendo de forma moderada, lo que se ha reflejado en una ligera caída de su ratio de endeudamiento.
De acuerdo con la muestra trimestral de la Central de Balances (CBT), la actividad de las sociedades no financieras siguió expandiéndose en el primer trimestre de 2019, aunque algunos indicadores apuntan a una cierta desaceleración. El empleo siguió creciendo, pero también lo hizo a menor ritmo que en 2018. En este contexto, las ratios de rentabilidad empresarial se mantuvieron estables, en tanto que los costes de financiación se redujeron de nuevo, lo que permitió que el diferencial entre la rentabilidad del activo y el coste de financiación volviera a ampliarse ligeramente. Las ratios de endeudamiento crecieron levemente, revirtiendo la tendencia descendente de los últimos años. Por último, los menores costes de financiación y el avance de los excedentes provocaron una nueva reducción de la ratio de carga financiera, y la situaron en valores mínimos dentro de la serie histórica de la CBT. El artículo incluye un recuadro que analiza algunos aspectos de la evolución reciente de las pymes en España, a partir de información cualitativa extraída de una encuesta que realiza el BCE sobre el acceso de estas empresas a nueva financiación.
El presente artículo evalúa el impacto de las operaciones de refinanciación a largo plazo con objetivo específico (TLTRO, por sus siglas en inglés) llevadas a cabo por el Banco Central Europeo (BCE) sobre la oferta de crédito de los bancos del área del euro. Para ello, se plantea una estrategia empírica que permite distinguir entre efectos directos y efectos indirectos de las TLTRO. Los efectos directos hacen referencia a que los bancos que participan en las TLTRO expanden su oferta de crédito gracias a los menores costes que propician estas operaciones. Los efectos indirectos operan a través de los cambios en la competencia entre las entidades en los mercados de crédito y de depósitos que provocan las TLTRO, y afectan también a los bancos que no participan directamente en el programa, si bien con un signo ambiguo a priori. A partir de una muestra de 130 bancos de 13 países y sus respuestas confidenciales a la Encuesta sobre Préstamos Bancarios del BCE, se encuentra que las TLTRO contribuyeron directamente a reducir los márgenes aplicados a los préstamos con menor nivel de riesgo y a relajar los criterios de aprobación de préstamos en el segmento de grandes empresas. Respecto a los efectos indirectos, se observa que las TLTRO provocaron una relajación de los criterios de aprobación de préstamos también en los bancos no participantes, principalmente en aquellos expuestos a altas presiones competitivas, por lo que, también a través de este canal indirecto, estas operaciones habrían estimulado la oferta de crédito bancario.
Las Cuentas Financieras de la Economía Española (CFEE) revelan que en 2018 los hogares recibieron financiación bancaria neta positiva por primera vez desde 2011, principalmente debido al aumento de los créditos destinados a consumo y otros fines, mientras que su tasa de ahorro continuó cayendo, hasta marcar un nuevo mínimo histórico. Estos desarrollos fueron, no obstante, compatibles con una nueva reducción de la deuda bancaria de las familias [hasta el 59 % del PIB, 26 puntos porcentuales (pp) por debajo del valor máximo de 2010]. Por otra parte, la riqueza financiera bruta de los hogares experimentó un ligero descenso por primera vez desde 2012, principalmente como resultado de la depreciación de los instrumentos financieros de su cartera que se derivó de las tensiones en los mercados financieros globales de los últimos meses de 2018. Por lo que respecta a las empresas, a pesar de que el flujo del total de la financiación ajena captada en términos consolidados fue positivo durante 2018, su ratio de endeudamiento cayó hasta el 75 % del PIB a finales del ejercicio (43 pp por debajo del nivel máximo de 2010). El valor de mercado de las acciones y participaciones de las empresas descendió un 4,1 % en 2018. Esta caída, la primera que se observa desde 2008, fue consecuencia de una moderada captación de fondos y, especialmente, de la depreciación de estos pasivos, derivada, en gran medida, del descenso de los índices bursátiles que tuvo lugar a finales de 2018 (este descenso, no obstante, se ha revertido en los primeros meses de 2019).
Según la estadística de la Balanza de Pagos, España volvió a presentar capacidad de financiación en 2018, aunque inferior a la de años precedentes, en un entorno en el que prosiguió la expansión de nuestra economía. La disminución de la capacidad de financiación se explica por la reducción del superávit de bienes y de servicios, que reflejó, en buena medida, la ralentización de los mercados exteriores, el impacto negativo sobre las exportaciones de la apreciación acumulada por el euro desde 2017 y el ascenso del precio del petróleo. La capacidad de financiación que presentó la nación, el importe positivo que arrojaron los otros flujos y la expansión del PIB favorecieron una disminución, por cuarto año consecutivo, del saldo deudor de la posición de inversión internacional (PII) neta de la economía española en porcentaje del PIB. En términos de flujos financieros, en 2018 los inversores internacionales efectuaron compras netas en las rúbricas de la inversión en cartera (principalmente, títulos de renta fija a largo plazo emitidos por las AAPP) y de la inversión directa, señal de que mantuvieron su confianza en la economía española, a pesar del deterioro en el escenario macrofinanciero global que tuvo lugar en la segunda mitad del año. No obstante, el hecho de que la PII neta de la economía española siga siendo elevada (77,1 % del PIB), tanto desde una perspectiva histórica como en una comparativa internacional, supone un elemento de vulnerabilidad ante posibles perturbaciones en los mercados internacionales de capitales.
Los lazos económicos, políticos e institucionales entre América Latina y China se han ido estrechando en paralelo con el rápido crecimiento del país asiático, que le ha llevado a tener un papel sistémico en el conjunto de la economía mundial. Sin embargo, desde la crisis financiera global, el modelo económico chino ha mostrado señales de agotamiento y el reto de controlar el ritmo de crecimiento puede resultar particularmente complejo, teniendo en cuenta las profundas transformaciones estructurales a las cuales se deberá enfrentar y el alto nivel de endeudamiento de su economía. En ese contexto, el presente artículo proporciona un análisis empírico de los efectos sobre el crecimiento de los países de América Latina de las relaciones comerciales y de inversión con China y analiza los canales de transmisión de la ralentización de la economía china sobre la región. El estudio evidencia que, al menos a través del canal comercial, una ralentización inesperada de China tiene el potencial de afectar negativamente al crecimiento de las economías de América Latina.
Los mercados emergentes han cobrado mayor relevancia como receptores de flujos de capitales a partir de la crisis iniciada en 2008. Esta mayor exposición lleva aparejadas también una mayor dependencia de la financiación externa y una mayor sensibilidad a las turbulencias globales. No obstante, se aprecian algunas diferencias por regiones. Así, mientras que en América Latina los flujos de capitales más estables —la inversión directa— siguen siendo los de mayor cuantía, en Asia y en Oriente Medio el reciente aumento de las entradas de capitales se ha materializado en forma de deuda, privada en el primer caso y mayoritariamente pública en el segundo. En este contexto, el artículo examina el impacto que tendrían sobre los flujos de capitales a estas economías cinco posibles perturbaciones globales: una apreciación del dólar, la caída del precio de las materias primas, un incremento de la aversión global al riesgo, expectativas de endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos y un menor crecimiento regional respecto a las avanzadas. Los resultados apuntan a que el factor con más impacto sobre los flujos de cartera a emergentes es la apreciación del dólar, aunque, en el caso de América Latina, el precio de las materias primas desempeña también un papel muy relevante.
Tras la intensa corrección registrada durante la crisis, la actividad del sector inmobiliario en España inició su recuperación a comienzos de 2014. Desde entonces, esta tendencia de mejora se ha observado en los indicadores tanto de cantidades como de precios. No obstante, hay que tener en cuenta que este mercado se distingue por una elevada heterogeneidad por la localización de los inmuebles, por el tipo de vivienda y por la nacionalidad de los compradores. El dinamismo reciente estaría reflejando, entre otros factores, la positiva evolución del mercado de trabajo, los reducidos costes de financiación en un contexto de crecimiento gradual de las nuevas operaciones de crédito destinado a la adquisición de vivienda.
Los resultados de la Encuesta sobre Préstamos Bancarios evidencian, en general, una evolución algo menos expansiva de la oferta y de la demanda de crédito, tanto en España como en la UEM, durante el primer trimestre de 2019. Así, los criterios de aprobación de préstamos se endurecieron en ambas zonas en los dos segmentos de financiación a los hogares y no variaron en el de créditos a las empresas. Las condiciones de los nuevos préstamos se mantuvieron estables, tanto en nuestro país como en la UEM, excepto las aplicadas a los créditos para consumo y otros fines, que se suavizaron en España y se endurecieron en la eurozona. Para el trimestre en curso, las entidades de ambas áreas no han anticipado nuevos endurecimientos de los criterios de aprobación, salvo en el segmento de los préstamos a las familias para adquisición de vivienda en la UEM. La demanda de crédito en España se habría reducido, tanto la procedente de las empresas como la de los hogares destinada a consumo y otros fines, al tiempo que habría aumentado la de las familias para adquisición de vivienda. En cambio, en la UEM se habría elevado la demanda de crédito de los hogares, si bien la destinada a consumo y otros fines se habría desacelerado, y la de las empresas habría dejado de crecer. Según las entidades de ambas zonas, las condiciones de acceso a los mercados financieros se habrían mantenido estables o habrían mejorado, tanto en los mercados minoristas como en casi todos los mayoristas. El programa ampliado de compra de activos del BCE habría continuado teniendo un efecto positivo sobre la liquidez y las condiciones de financiación de los bancos durante los últimos seis meses, si bien habría tenido un impacto negativo sobre su rentabilidad. Asimismo, este programa habría seguido favoreciendo, en casi todos los segmentos, una relajación de las condiciones de los préstamos y un incremento del volumen de crédito concedido. El tipo de interés negativo de la facilidad de depósito del BCE habría contribuido, durante los últimos seis meses, a la reducción de los ingresos netos por intereses de las entidades de las dos zonas, así como a un incremento de los volúmenes de crédito.
El uso de herramientas de inteligencia artificial está proliferando en los últimos tiempos en todos los sectores de la economía, debido, entre otras cuestiones, al creciente volumen de datos digitales y al aumento de la capacidad computacional. La aplicación de estas herramientas a la provisión de servicios financieros puede derivar en importantes beneficios no solo para las entidades, sino también para la sociedad en su conjunto. El presente artículo enumera algunos de ellos, así como los casos de uso más destacados, por parte tanto de las entidades financieras como de los propios bancos centrales. Asimismo, se señalan las principales limitaciones que presenta esta tecnología y las implicaciones que pueden tener para el buen funcionamiento del sistema financiero.
De acuerdo con la muestra trimestral de la Central de Balances, la actividad de las sociedades no financieras mantuvo una tendencia expansiva en 2018, lo que se tradujo en aumentos de los excedentes ordinarios (el resultado ordinario neto creció un 5 %, tres décimas más que el año previo) y del empleo, que se extendieron a la mayoría de los sectores y de las empresas. La evolución favorable de los resultados empresariales permitió que los niveles medios de rentabilidad ordinaria siguieran mejorando, y que su diferencial respecto al coste de financiación volviera a ampliarse. Por otro lado, los ingresos y los gastos atípicos influyeron positivamente en el resultado final de 2018, y favorecieron un incremento adicional de este excedente, que le llevó a registrar un crecimiento muy elevado. Las ratios medias de endeudamiento, tanto la que se expresa en relación con el activo como la que se calcula con respecto a los excedentes ordinarios, descendieron. Por último, la ratio de carga financiera también disminuyó, impulsada tanto por los menores costes de financiación como por el avance de los excedentes. El artículo incluye un recuadro que analiza la evolución reciente de la financiación comercial y de los períodos medios de pago y de cobro.
Desde junio de 2014, el Banco Central Europeo ha situado el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito (DFR, por sus siglas en inglés) en niveles negativos. En este contexto surge la cuestión de si el mantenimiento de tipos de interés negativos durante un período prolongado puede tener efectos adversos sobre el ingreso neto por intereses de las entidades de crédito y, eventualmente, sobre la oferta de crédito. Las respuestas de los bancos del área del euro a la Encuesta sobre Préstamos Bancarios permiten clasificar los bancos en dos grupos, dependiendo de si sus ingresos netos por intereses se han visto perjudicados o no por los tipos negativos (bancos «afectados» o «no afectados»). El análisis que se presenta en este artículo muestra que los bancos afectados están, en general, peor capitalizados. Esta circunstancia podría haber dificultado que estos bancos asumieran nuevos riesgos en su política crediticia, para tratar de compensar el efecto adverso de los tipos negativos sobre sus márgenes unitarios de intermediación. De hecho, los bancos más afectados por los tipos de interés negativos habrían endurecido las condiciones de su crédito en mayor medida que los no afectados, para optimizar sus activos ponderados por riesgo y, por tanto, sus ratios de capital. Por último, se muestra que no existen diferencias entre ambos grupos de bancos en lo referente al volumen total de crédito ofertado y que la oferta crediticia se ha ajustado a través de los términos y las condiciones de los préstamos concedidos, y no a través de la cantidad total ofrecida. Este resultado sugiere que el nivel actual del DFR (–0,4 %) no estaría causando una contracción del volumen de crédito ofertado por parte de los bancos afectados.
La relación entre el importe de los préstamos hipotecarios y el valor de la vivienda —medida por la ratio préstamo-valor— es un indicador útil para estudiar la situación financiera de los hogares. Para medir las ratios préstamo-valor de la vivienda en España en el momento de la compra se usan principalmente dos indicadores de precios: el importe de transmisión recogido en el Registro de la Propiedad y el valor de tasación. Una vez que se genera una muestra en la que ambos indicadores de precios se refieren al mismo conjunto de viviendas, la mediana de la ratio préstamo-valor entre 2004 y 2007 se habría situado entre el 70 %, si se utiliza el valor de tasación, y el 107 %, de acuerdo con el precio de transmisión. A partir de 2010 se redujo la diferencia entre ambas ratios, al mantenerse en torno al 70 % la ratio préstamo-valor que utiliza el valor de tasación y caer al 80 % la que emplea el valor de transmisión. La Encuesta Financiera de las Familias (EFF), elaborada por el Banco de España, ofrece una fuente alternativa para obtener una ratio préstamo-valor directamente a partir de las respuestas de los hogares. Esta ratio, según la EFF, habría evolucionado de modo similar a la que se deriva del precio de transmisión recogido en el Registro de la Propiedad.
De acuerdo con la Encuesta de Préstamos Bancarios, durante el cuarto trimestre de 2018, tanto en España como en la Unión Económica y Monetaria (UEM) se habrían endurecido ligeramente los criterios de concesión de préstamos a familias para consumo y otros fines, manteniéndose sin cambios apreciables en los otros dos segmentos. Además, para el trimestre en curso, las entidades españolas anticipaban un ligero endurecimiento de la oferta en todas las modalidades, que también se observaría en la eurozona, aunque más levemente, en casi todos los segmentos. Por su parte, las condiciones generales de los nuevos préstamos se suavizaron de forma generalizada, tanto en nuestro país como, más moderadamente, en el conjunto de la eurozona. La demanda de crédito en España se habría reducido en el segmento de financiación a las sociedades y en el de los préstamos a hogares para adquisición de vivienda, y habría dejado de crecer en la destinada a consumo y otros fines, mientras que en el conjunto de la UEM las solicitudes de fondos habrían crecido de forma generalizada. Por otro lado, las condiciones de acceso a los mercados financieros mayoristas se habrían deteriorado, tanto en España como en la UEM, mientras que en los minoristas las variaciones habrían sido pequeñas y de distinto signo. Según las entidades encuestadas, las medidas regulatorias y supervisoras de capital, apalancamiento o liquidez no habrían tenido un impacto apreciable sobre la oferta de crédito en España en el segundo semestre de 2018, mientras que en la eurozona habrían propiciado un cierto endurecimiento. Por último, la ratio de morosidad no habría influido en la política crediticia de las entidades españolas durante la segunda mitad de 2018, en tanto que en la UEM habría contribuido a un cierto endurecimiento de la oferta de crédito en todos los segmentos.
Las formas de expansión y la estrategia internacional de la banca son factores explicativos de los efectos económicos de su actividad. A partir de información procedente de entidades individuales, se comparan las estrategias de internacionalización de los bancos afincados en España, los Países Bajos y Estados Unidos, y se contrasta, para el caso español, si las características de riesgo, eficiencia, rentabilidad y tipología de fuentes de ingresos de los bancos difieren según el modelo de internacionalización elegido. Los resultados de esta comparación apuntan a que los bancos españoles con filiales y sucursales en el extranjero presentan mayor rentabilidad pero costes más elevados que los bancos cuya actividad exterior es principalmente transfronteriza.