¿Cuánto cuesta no ser sostenible?

Soledad Núñez

Imagina que, en vez de vivir 50 años más, vivieses 200. O 500. ¿Crees que harías el mismo uso de tus recursos o preferirías guardar un poco más para mañana?
Eso es vivir con sostenibilidad, vivir pensando no sólo en lo que necesitamos nosotros hoy, sino en lo que necesitarán las siguientes generaciones dentro de 200 años. O 500.
Si crees que es muy costoso crear un mundo sostenible, ni te imaginas lo caro que será continuar con uno que no lo es. Escúchanos para comprobarlo.

Abre en nueva ventana Abre en nueva ventana Abre en nueva ventana Abre en nueva ventana Abre en nueva ventana Abre en nueva ventana

¿Cuánto nos costará crear un mundo más sostenible? ¿Y cuánto nos costará no crearlo?

Vivir con sostenibilidad, según las Naciones Unidas, permite satisfacer las necesidades de la generación presente, la nuestra, sin poner en peligro las necesidades de las generaciones futuras, las de nuestros hijos y nietos. La sostenibilidad va mucho más allá del medio ambiente e incluye aspectos éticos y económicos: queremos que todos los habitantes tengan esas necesidades cubiertas y no queremos impedir el desarrollo económico.

¿Y qué hace un banco central como el nuestro hablando de sostenibilidad?

Como afirma Soledad Núñez, subgobernadora del Banco de España e impulsora de la Oficina Ambiental, Social y de Gobernanza, “de sostenibilidad tiene que hablar todo el mundo […] porque nos involucra a todos.”

En concreto, la misión del Banco de España es conseguir la estabilidad de los precios y la estabilidad financiera, para poder favorecer un crecimiento estable de nuestra economía, así que la sostenibilidad como tal, está casi inscrita en nuestro ADN: no hay estabilidad sin sostenibilidad.

El cambio climático, y todos los riesgos financieros y económicos que genera, ha cambiado los modelos de análisis de los bancos centrales, ya que se ha comprobado que el riesgo climático, pero también la desigualdad o la falta de ética, tienen un impacto directo en el crecimiento económico, la inflación y los mercados.

Además, el papel del sector financiero es clave para abordar la transición hacia una economía sostenible. Aunque no es un productor de CO2, tiene la misión de financiar la transición energética de distintas empresas y canalizar la inversión hacia proyectos sostenibles. Los bancos centrales tienen que apoyar, con su regulación y supervisión de las entidades, la mitigación del riesgo climático y las inversiones sostenibles.

Los gobiernos, definiendo las políticas necesarias, tienen una enorme responsabilidad en esta transición, aunque es necesaria la alianza de todos los agentes económicos (bancos centrales, sector financiero, empresas y, por supuesto, cada persona) para alcanzar una economía sostenible. 

Los bancos centrales tenemos claro que es necesario diseñar estrategias a nivel global y estamos coordinados a nivel internacional en el NGFS (Network for Greening the Financial System). 

La transición hacia una economía sostenible tiene costes económicos y sociales, pero el coste de no hacer nada, de ignorar el riesgo de la no sostenibilidad, será mucho mayor. Ejemplos de estos costes incluyen fenómenos climáticos extremos, que resutan cada vez más frecuentes, como la DANA en el Levante español o los incendios forestales en Estados Unidos del año pasado.

PDF
Transcripción (102 KB)
Soledad Núñez
Soledad Núñez
  • Subgobernadora del Banco de España