¿Cómo medimos y comparamos las economías? Novedades en 2025
Para medir cómo marchan las economías de los países, y compararlas, no basta cualquier dato. Necesitamos una misma vara de medir: estándares estadísticos internacionales que evalúan la actividad económica y financiera de los países de forma homogénea. Además, deben adaptarse a escenarios en continuo cambio. Los estándares de 2025 miden mejor la digitalización, la globalización, la sostenibilidad y la desigualdad.
Para comparar economías necesitamos asegurarnos de que en todas ellas estamos midiendo lo mismo. La medición de las magnitudes económicas y financieras debe hacerse con la misma «vara de medir», tanto entre países como a lo largo del tiempo. Sólo así podremos comparar, por ejemplo, los déficits públicos español y japonés, o la renta per cápita de España en 1980 con la de 2025.
La medición de las magnitudes económicas y financieras debe hacerse con la misma «vara de medir», tanto entre países como a lo largo del tiempo
Esto se logra mediante la adopción por todos los países de unos mismos estándares estadísticos internacionales, un esfuerzo de cooperación internacional iniciado en torno a 1947. Esa coherencia temporal y espacial es la base imprescindible para el análisis económico y financiero.
¿Cómo se establecen los estándares comunes de medición?
Los estándares estadísticos internacionales son las definiciones que usan todos los países para organizar y presentar sus datos de manera que sean comparables. Abarcan la definición y clasificación de sectores, agentes económicos, instrumentos, transacciones, etc. Y, muy importante, cómo cuantificar en valores nominales y reales
.
Los estándares de medición de las estadísticas macroeconómicas (figura 1) se organizan fundamentalmente en dos manuales, que cubren, respectivamente:
- la actividad económica y financiera de todo tipo, en variaciones y en niveles acumulados (stocks). El Sistema de Cuentas Nacionales (SCN)
que adopta la Comisión de Estadística de Naciones Unidas es el manual de estándares que sirve de base de la llamada «Contabilidad Nacional
» de cada país. - las relaciones económicas entre residentes y no residentes de un país, cuya medición común internacional la establece el manual de Balanza de Pagos y Posición de Inversión Internacional
, del Fondo Monetario Internacional (MBP).
Figura 1
UNA MISMA VARA DE MEDIR

Fuente: Banco de España
Para abordar análisis y comparativas nacionales e internacionales coherentes, ambos marcos contables tienen que ser consistentes y complementarios entre sí. Y, en efecto, lo son.
Una actualización necesaria
Esa vara de medir internacionalmente aceptada se actualiza cada cierto tiempo para incorporar los cambios en los desarrollos económicos y financieros. Desde los primeros manuales -de cuentas nacionales, en 1947, y de balanza de pagos, en 1948- ha habido sucesivas revisiones. En la revisión de 2025 -los manuales SCN2025
y MBP7
─ hay , además, un especial esfuerzo por hacerlos absolutamente coherentes entre sí.
La actualización de los estándares estadísticos internacionales en 2025 prioriza los ámbitos que han ganado importancia en los últimos años en el análisis y la formulación de las políticas públicas (esquema 1).
Esquema 1
UN ENTORNO CAMBIANTE

Fuente: Banco de España
Digitalización de la economía, el comercio y las finanzas. Las tecnologías han transformado cómo producimos, consumimos, comerciamos, ahorramos e invertimos. Ha surgido una economía digital que tiene que incorporarse a los datos para no subestimar la actividad económica y financiera. Por ello, actividades que hoy ya son cotidianas como comprar por Internet o usar servicios en la nube se van a medir e incluir de forma exhaustiva y comparable en las estadísticas de todos los países.
Globalización. Los procesos económicos y financieros son cada vez más internacionales, más globales. Los componentes de tu teléfono móvil o del avión en el que viajas no proceden de un solo país, ni siquiera de un solo continente. A menudo, se diseñan en un país, sus componentes se fabrican en varios, se ensamblan en otros, y el producto final se vende en la mayoría de los países. Empresas de Estados Unidos, China y Europa participan en un mismo producto. A esto nos referimos cuando hablamos de las «cadenas globales de valor
». Con los nuevos estándares será posible localizar mejor geográficamente estos procesos, y reflejar la posición de las multinacionales en ellos y en la economía mundial.
Sostenibilidad (recursos naturales, medio ambiente y cambio climático). La mayor preocupación por el desarrollo sostenible se plasma en nuevas clasificaciones para cuantificar la actividad económica relacionada con la explotación directa de recursos naturales o según el tipo de energía usada. El énfasis en la sostenibilidad del crecimiento económico redirige la atención hacia el Producto Interior Neto (PIN)
, que al descontar del Producto Interior Bruto (PIB) el consumo de capital y el consumo del capital natural no renovable, como minerales, combustibles fósiles o bosques, da una mejor idea de la sostenibilidad o no del crecimiento en un país.
Distribución renta-riqueza. Haciéndose eco del creciente interés social y político por estos temas, se presta más atención al bienestar económico y a la equidad, no solo al crecimiento agregado. Se incorporan nuevas cuentas que deben reflejar cómo se genera, distribuye y utiliza la renta, y cómo se acumula la riqueza por sectores institucionales (hogares, empresas, gobierno).
Criptoactivos. En 2025 la atención se centra en las criptomonedas
; se establecen definiciones estadísticas para permitir diferenciarlas según su riesgo, liquidez y papel en la economía digital. Por ejemplo, distingue las bitcoins
(descentralizadas y volátiles, usadas más como activos especulativos que como medios de pago), de las llamadas stablecoins
(ligadas a monedas o activos reales para mantener un valor estable), que se registran como activo financiero.
De los manuales a los datos
Una vez acordados los nuevos estándares internacionales de medición hay que ponerlos en práctica. La producción estadística de cada país debe adaptarse a ellos, lo que a su vez requiere:
- la colaboración de los profesionales estadísticos en incorporar los cambios
- la actualización generalizada de las fuentes estadísticas (encuestas, datos administrativos, etc.)
- la familiarización de los usuarios
La rapidez con que un país se adapte a estos nuevos modos de medición depende en gran medida de su capacidad estadística, es decir de los medios materiales y humanos que dispongan los productores de estadísticas (como el Banco de España
o el Instituto Nacional de Estadística
). En la UE, la implementación
plena e integrada de todos los cambios presentados se va a realizar de una forma especialmente coordinada, y tendrá carácter legalmente vinculante para todos los países miembros en 2030. Antes de esa fecha, se irán publicando estimaciones de los avances que podremos usar.
La implantación en los sistemas estadísticos nacionales de los nuevos estándares de medición de 2025 contribuirá a disponer de datos económicos y financieros más fiables y políticas económicas más sólidas
Los nuevos desarrollos económicos y financieros de las dos últimas décadas han exigido una adaptación de las normas de medición. La puesta en práctica a partir de 2025 de esta revisión de los estándares contribuirá a una mayor fiabilidad de los datos económicos y financieros, y por tanto, facilitará análisis más robustos y políticas económicas más sólidas.
NOTA: Las opiniones de esta entrada de blog son responsabilidad de los autores y no necesariamente coinciden con las del Banco de España o el Eurosistema.