La complejidad normativa en España: un freno para las empresas y el crecimiento económico
La calidad del entorno regulatorio influye en el crecimiento económico. En España, la normativa densa y fragmentada eleva costes y dificulta el emprendimiento. Mejorar la coherencia de las normas y simplificarlas favorecería un marco de actuación más dinámico, eficiente y accesible para las empresas, especialmente las pequeñas, y para los nuevos emprendedores.
El entorno institucional en el que operan las empresas juega un papel clave en el desarrollo económico. La calidad de las instituciones, en particular del marco regulador, afecta directamente a la capacidad de crecimiento de un país, como señalamos en nuestro último informe anual
. Las normas son necesarias para ordenar la actividad económica y, bien diseñadas, pueden corregir fallos de mercado y fomentar un crecimiento sostenible. Sin embargo, cuando la normativa se multiplica sin una planificación adecuada o se vuelve muy compleja (por ejemplo, por su desconexión entre territorios), puede convertirse en un obstáculo para el emprendimiento y el crecimiento de las empresas y, también, de la economía. Veamos qué ocurre en España.
Una proliferación de normas sin precedentes
Desde el inicio de la democracia, nuestro ordenamiento jurídico ha generado más de 400.000 normas nuevas
. Además, se observa una tendencia al crecimiento de la actividad normativa, como vemos en el gráfico 1, acompañado de un aumento en las referencias cruzadas entre normas.
Gráfico 1
EL NÚMERO DE NORMAS APROBADAS POR AÑO SE HA DISPARADO EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS EN ESPAÑA

FUENTE: Mora-Sanguinetti (2022)![]()
¿SABÍA QUE…?
- Entre 1979 y 2021 las distintas administraciones españolas aprobaron 411.804 normas.
- Solo en 2022, se añadieron 11.775 nuevas disposiciones, es decir, 32 normas nuevas cada día, una cada 45 minutos aproximadamente.
- El número de normas publicadas cada año se ha multiplicado por cuatro desde el inicio de la democracia.
La proliferación de normas refleja en buena medida, el dinamismo normativo de un Estado descentralizado y en construcción y la transposición de las directivas europeas. Pero este crecimiento plantea retos operativos para las empresas, especialmente las más pequeñas. Los empresarios y emprendedores se enfrentan a una creciente carga administrativa y a una posible falta de claridad o coherencia en el entorno regulador.
En España se publican más de 30 normas al día. Además, existe una gran heterogeneidad entre regiones y entre sectores
La normativa en España es heterogénea tanto entre sectores como entre comunidades autónomas, cuya producción de normas se observa en el mapa (gráfico 2). Esta diversidad se da, no solo en términos del volumen de regulación, sino también en su dispersión y carácter específico, como mostramos aquí
. Tal heterogeneidad se traduce en diferencias significativas en los requisitos legales y administrativos para las empresas según dónde y en qué sector operan.
Gráfico 2
NÚMERO DE REGULACIONES SECTORIALES POR SECTORES Y AUTONOMÍAS. PROMEDIO ANUAL DEL PERÍODO 1995–2020

FUENTE: Mora, Quintana, Soler y Spruk (2023)![]()
El coste económico de la maraña normativa
El aumento de regulación puede tener efectos negativos sobre la actividad económica, especialmente en las empresas de menor tamaño, como demostramos en un estudio recientemente publicado
. Un mayor volumen de normas conlleva una reducción en la entrada de nuevas firmas y una menor creación de empleo. En algunos sectores, como el industrial, se observa una clara relación negativa entre densidad normativa y dinamismo empresarial.
¿SABÍA QUE…?
- Las pequeñas empresas son las más sensibles al aumento de la normativa, pues tienen menos capacidad para absorber los costes de cumplimiento.
- Así, en España un aumento del 10% en el volumen de regulación provoca una caída del 0,5% en el empleo de las empresas con menos de 10 trabajadores.
Además, la convivencia de normas diferentes en cada comunidad autónoma —la llamada fragmentación normativa— puede aumentar los costes de cumplimiento para las empresas, dificultar la expansión territorial y reducir la eficiencia del mercado interior. Este fenómeno puede afectar especialmente a las pymes
, que, a menudo, no tienen una asesoría jurídica que les facilite operar en varias regiones al mismo tiempo.
Cuando la normativa nacional y autonómica está alineada, las empresas tienden a innovar más. Es necesario coordinar, evaluar y simplificar las normativas
La innovación también puede resentirse
La complejidad regulatoria también limita la capacidad de las empresas para innovar. Si bien ciertas normativas —como las medioambientales o “verdes”— pueden incentivar el desarrollo de nuevas tecnologías siempre que estén bien diseñadas, una normativa excesiva o descoordinada entre administraciones puede generar incertidumbre, disuadir la inversión y reducir el margen de actuación empresarial.
En el ámbito de la regulación “verde”, por ejemplo, hemos observado
que los efectos sobre la innovación dependen en gran medida de la coherencia entre las normativas nacionales y autonómicas. Cuando las disposiciones están alineadas, pueden estimular la adopción de tecnologías más limpias. Pero cuando resultan inconsistentes o contradictorias, los efectos pueden ser contraproducentes.
Hacia una mejor calidad institucional
La regulación es necesaria y debe facilitar el funcionamiento ordenado de la actividad económica. Por ello, el reto no es necesariamente tener menos regulación, sino contar con una regulación mejor diseñada, más clara y más coordinada. Una política regulatoria eficaz requiere mecanismos de evaluación, simplificación y coordinación entre administraciones. En este sentido, resulta clave reforzar los análisis de impacto normativo y evitar duplicidades innecesarias entre niveles de gobierno.
Reducir la maraña regulatoria no solo aliviaría los costes para las empresas existentes, sino que también propiciaría la entrada de nuevas empresas y emprendedores y el crecimiento de proyectos innovadores. En última instancia, avanzar hacia un entorno regulatorio más eficiente puede contribuir a mejorar la productividad, la competitividad y el bienestar económico general.
NOTA: Las opiniones de esta entrada de blog son responsabilidad de los autores y no necesariamente coinciden con las del Banco de España o el Eurosistema.