El objetivo principal del Banco Central Europeo (BCE) es mantener la estabilidad de precios para que nuestro dinero mantenga su valor en el tiempo, por lo que vigila que los precios de consumo no suban ni bajen de forma significativa a lo largo del tiempo. Para lograr la consecución de este objetivo, el BCE basa sus decisiones en su estrategia de política monetaria.
Sin perjuicio de este objetivo, el BCE apoyará las políticas económicas generales de la Unión Europea (UE) con el fin de contribuir a la realización de los objetivos de la Unión establecidos en el artículo 3 del Tratado de la Unión Europea
(TUE). Entre estos objetivos se incluyen un crecimiento económico equilibrado, una economía social de mercado altamente competitiva tendente al pleno empleo y al progreso social y un nivel elevado de protección y mejora de la calidad del medio ambiente.
En línea con estas funciones, el BCE garantiza el buen funcionamiento del sistema de pagos de la zona euro, permitiendo que podamos pagar de forma segura por nuestras compras. Además, el BCE también posee y gestiona las reservas oficiales de divisas y otros activos financieros de los estados miembros y lleva a cabo, a través del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), la supervisión bancaria europea, asegurando que las entidades de crédito donde depositamos nuestro dinero sean seguras y solventes. Por último, el BCE recolecta y publica datos, estadísticas e informes económicos y monetarios de la zona euro.