En el pasado, diversos objetos fueron utilizados como dinero, por ejemplo, las conchas de determinados moluscos o la sal. Con el tiempo, se hizo común el dinero mercancía, como las monedas de oro o plata que tenían un valor derivado del metal precioso que las formaba. Luego, el dinero evolucionó al papel moneda o dinero representativo, cuyo valor estaba respaldado por reservas de metales preciosos, de forma que no fuese necesario llevar encima las monedas hechas de metales preciosos. El papel moneda consistía en billetes que podían cambiarse por el valor indicado de oro o plata. Esta forma de dinero se usó hasta el siglo XX, cuando comenzó a extenderse el uso del dinero fiduciario en las economías modernas, basado en la confianza.
